jueves, 11 de marzo de 2010

Robbie Williams y el gen defectuoso

No han tardado en hacerse eco los principales medios de comunicación tanto impresos como digitales, de las ultimas declaraciones del músico inglés Robbie Williams. En ellas manifiesta que "la marihuana me encanta pero me sienta fatal", aunque al final reconoce que otras substancias como la cocaína, speed, LSD...tampoco son de su agrado en la actualidad.

Impresionantes declaraciones , solo para intentar explicar que está dejando las drogas, y muy en su linea habitual, pues ya en otras ocasiones informó a la prensa de cómo había dejado el tabaco para mejorar la calidad de su esperma o de que estaba dispuesto a grabar un disco con Julio Iglesias. Expectacular.

Por eso no me hubiera llamado la atención, ni os estaría dando "la brasa" con las tonterías de este ex-ídolo de adolescentes, sino hubiera sido porque ya han aparecido las primeras voces descontentas por las declaraciones del músico britanico. Encabezando estas críticas está Debra Bell, una periodista inglesa que ha trabajado para la radio de la BBC y ahora presume de dedicarse al periodismo independiente. Aunque en algunas web la califican de escritora, actualmente tan solo ha escrito un manual sobre la educación en el hogar y un libro, precisamente publicado hace unos días, que tiene por titulo "Diarios del cánnabis. La lucha de una madre para salvar a su familia". Gracias a mi "sagacidad" y ayudado por el título empece a darme cuenta de que posiblemente se trataba de una madre angustiada.

Respeto mucho a las madres en general y a las angustiadas en particular, aunque no este es el caso. Porque Debra Bell está haciendo con su problema familiar, aparte de un lucrativo negocio, un peligroso batiburrillo de demagogia y falsedades. Por lo visto, su hijo mayor cuando tenía catorce años empezó tener un comportamiento extraño, problemas escolares, rebeldía... y a los dieciseis tenía "extraños cambios de personalidad". Cualquiera, y lo digo por experiencia, lo hubiera atribuído a "la edad del pavo" esa etapa de la vida en que el hipotálamo se dedica a enviar a la corriente sanguinea del adolescente, cantidades ingentes de hormonas. Pero Debra no. Esta madre al descubrir que su hijo consumía marihuana encontró algo con que demonizar sus problemas.

Desde entonces y en una campaña en la que ha contado con multiples apoyos ha desplegado una potente actuación contra el consumo de cánnabis, basandose principalmente en la defensa y protección de la infancia y sobre todo en el "peligroso aumento " de THC en los cultivos actuales, dos argumentos hartamente utilizados pero que en esta ocasión les han dado los resultados que buscaban. Consiguieron hace unos meses que el gobierno inglés haya elevado el nivel penal del cánnabis, logrando un endurecimiento de las penas por posesión. Pero no contenta con esto, en su blog se atreve a decir lo que considero casi una obscenidad:
"Uno de cada cuatro de nosotros tiene un gen defectuoso que se activa por el consumo de cánnabis y nos conduce a grave desequilibrio mental".
Tras leer semejantes insultos a la inteligencia no he podido dejar de preguntarme si el problema de su hijo radica en el consumo de marihuana o en el hecho de tener una madre embustera y manipuladora, aunque nunca me hubiera atrevido a pensar por ello que Debra Bell tiene un gen defectuoso . En la actualidad y según asegura su madre,el jóven está acabando un curso de fontanería y ha dejado los canutos, lo cual no deja de ser futuro prometedor para el hijo de una famosa periodista y un prestigioso abogado criminalista , una pareja que no quieren tener genes defectuosos en su familia. Faltaría más.