jueves, 18 de marzo de 2010

Marcha Mundial por la Marihuana

Como cada año desde 1999, durante la primera semana de mayo se va a celebrar simultaneamente en 251 ciudades de todo el mundo la Marcha Mundial por la Marihuana.


Este acontecimiento está resultando cada año más una prueba de pacífica fuerza por parte de los consumidores y cultivadores de cánnabis. Empezaron siendo treinta y una ciudades de Estados Unidos, Cánada, Nueva Zelanda, Reino Unido, Holanda, Israel, República Checa y Australia las que el primero de mayo de 1999 comenzaron la primera GMM (Global Marihuana March) encontrando en los años siguientes un aumento significativo en el número de ciudades que se adhirieron a los actos. Ciento cuatro en el año 2000, doscientas tres en el 2006... asi aumentando hasta llegar a la cifra actual. En España las ciudades donde se han convocado esta Marcha Mundial por la Marihuana son Alicante, Barcelona, Bilbao, Cadiz, Madrid y Zaragoza.

Todo esto me recordaba cuando hace unos años se empezó a usar una frase que desde entonces se ha hecho de uso común. Se trata de aquello de "salir del armario", refiriendose al valiente gesto que empezaron a tener algunos homosexuales, que arriegandose al escarnio público, reconocieron ante todo el mundo sus inclinaciones sexuales. Fue como digo un valiente a la vez que arriesgado gesto. Perseguidos durante años por las leyes, estigmatizados socialmente, tuvieron el valor de dejar el gueto marginal al que habían sido conducidos, y salir de ese armario social en el que permanecieron encerrados durante siglos. Sufrieron por todo ello, pero hoy en día sus derechos son reconocidos y amparados por la ley.

Pues bien, tal vez ha llegado la hora de que nosotros, los consumidores de cánnabis, eternos marginados, empecemos a salir a la luz, a abandonar esta incómoda clandestinidad, a considerar que somos ciudadanos con obligaciones, pero con ciertos derechos. Y el primero de estos derechos consiste en ser tratados como adultos, que toman decisiones y aceptan las consecuencias. Hay que denunciar este colonialismo moral y sanitario, por el cual una clase política que no puede dar lecciones de casi nada y por supuesto no de moral, se preocupa, muy a pesar nuestro, de proteger lo que llaman muy equivocadamente, la salud pública.

Quizas alguien podría explicarles a los gobernantes de turno, que la salud es pública cuando estas seis meses en una lista de espera para una intervención quirúrgica, cuando no encuentras plaza en una residencia de la tercera edad o cuando tu hijo necesita una carísima ortodoncia que no puedes pagar. Da la evidente impresión de que estos gobernantes tienen bastante trabajo, si realmente tuvieran la voluntad de querer resolver las carencias de la autentica Salud Pública, como para permitirse distraer recursos en perseguir y castigar a ciudadanos que en nada perjudican al resto de la sociedad. Aprovechemos pues, actos como esta marcha, y experiencias como la del colectivo gay , salgamos a la calle y dejemos dentro del armario sólo nuestros cultivos.