Es la primera vez que tengo un armario de cultivo de marihuana, las plantas ya tienen un tamaño considerable y la verdad, me cuesta regarlas con mi botella de Font-Vella, sobre todo a las que están más hacia el final del armario... mo es tan grande, sólo Un metro cuadrado.



Además tengo mis tiras adhesivas para exterminar a mis plagas voladoras, no hay bicho volador que no acabe en mi luminosa y amarilla pantalla de pegamento... a estas alturas, después de un mes de funcionamiento, ¡ya está más llena de cuerpos de bichos sin vida con sus alas que superficie amarilla virgen!

Y es que uno es cuidadoso, pero no tanto... a veces no enciendo los ventiladores cuando toca, la planta a veces está a 12 grados y yo ni pestañeo... claro, esto deviene en que a las plantas les cuesta más y más desarrollarse y que los cogollos no serán tan gordos y potentes como deberían... pero quieras que no, el tema del armario ¡requiere un cuidado mínimo!.

Lo último que me sorprendió de mi pequeño y secreto jardín, fue un día que regaba, me agaché para poder llegar a las macetas del fondo y cual es mi sorpresa cuando me encuentro una invasora en una de mis más preciadas macetas. Si... una planta había germinado al lado de uno de los tallos más estupendos que tengo. Increíble, he tenido semillas con más cuidados y ni han germinado y esta planta, que la saqué un par de días al balcón para que se aireara, y me viene con un regalito!. Por suerte la planta no estaba florecida todavía y ninguna semilla de macho volador la había germinado, sino si que tenemos un lío!.

Como premio a la aventurera, la extirpé de la maceta de mi marihuana, pero le otorgué el honor de crecer en  una maceta para ella sola... más que nada para ver lo que es... mientras no sea un cardo borriquero, lo conservaré como pieza de lo que la naturaleza es capaz de hacer... ¡y el azar!.

Fdo. Jorge Sativa